miércoles, 21 de noviembre de 2012

'Los Diez Mandamientos' (Éxodo 20:1-17)



Los diez mandamientos son bastante conocidos por el pueblo cristiano.  Sin embargo, debemos meditar sobre esos mandamientos a la luz del Sermón del Monte; en particular, debemos notar lo que Cristo dijo en pasajes como Mat 5:21-26, 27-30, 33-37.  Lo que le interesa a Dios NO es simplemente el cumplimiento externo, de la ‘letra’ de los diez mandamientos, sino el cumplimiento interno, del espíritu de los mandamientos.  Para hacer eso, tenemos que entender lo que Dios tuvo en mente cuando dio esos mandamientos, y qué era lo que Dios esperaba de Su pueblo, al darles estas instrucciones.

Meditemos también sobre los siguientes puntos:

1.    Hay la tendencia a enfatizar unos mandamientos (v.3 y 13-16) sobre los otros (v.4-12 y 17).  ¿Por qué?   ¿Cómo podemos evitar la tendencia de categorizar los mandamientos, y hacer que unos sean más importantes que otros?

2.    Criticamos a la Iglesia Católica por tener imágenes de la Virgen María y de algunos santos, pero caemos en la trampa de pintar imágenes de Jesús.  Nadie sabe cómo era la fisionomía de Cristo, así que, ¿por qué tratar de pintarlo?

3.    La amenaza de castigar hasta la cuarta generación (v.5) era parte del antiguo pacto. Quedó abolida en el nuevo pacto (ver Ezeq 18:1-4).

4.    Muchos cristianos quebrantan el tercer mandamiento (v.7), usando expresiones como, “Dios mío”, cuando sólo están expresando sorpresa por algo.  ¡Si no estamos pensando en Dios, conscientemente, no usemos Su nombre de este modo!  No tomemos el nombre de Dios en vano.

5.    Aunque la Iglesia Cristiana guarda el domingo en lugar del sábado, debemos considerar con mayor seriedad las restricciones que Dios nos impone sobre el día de descanso (v.9-11).  Muchos cristianos tomamos el domingo como cualquier otro día de la semana (nos dedicamos al negocio, hacemos compras, estudiamos, hacemos tareas, etc.).    ¿Estará bien hacer todo eso los domingos?

REFLEXIÓN: El Señor Jesús nos enseñó que debemos guardar estos mandamientos en nuestros corazones (Mat 5:21-22 y 27-28).  ¿Lo estamos haciendo?   ¿Amamos los mandamientos de Dios, o los tomamos como una ‘carga’?   ¿Qué dice eso de nuestros corazones, y del amor que tenemos (¡o no tenemos!) hacia Dios?

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