domingo, 25 de noviembre de 2012

'La Vida en Comunidad' (Éxodo 21:26-36)



Aunque en los tiempos antiguos, los esclavos no gozaban de protección alguna, Dios, en Su ley, estableció ciertas normas legales para proteger a los esclavos (v.26-27).  Se sobre entiende que la referencia a la pérdida de un ojo o de un diente era sólo ilustraciones de un principio general, y que este principio se extendería a cosas como la perdida de una mano, un dedo, un brazo o un pie. Lo que Dios estaba diciendo era que un esclavo no era simplemente un objeto; era una persona, creada a la imagen de Dios.  Por lo tanto, gozaba de una protección legal contra el maltrato.

Los dueños de animales (como un buey) también tenían que asumir cierta responsabilidad por las acciones de sus animales.  Si un buey mataba a una persona, el dueño del buey tenía que aceptar la muerte de su animal (v.28).  La cosa era más seria, si el buey había matado a alguien antes (v.29).  El v.30 prevé el caso de que los familiares de una persona muerta por un animal tuviera misericordia del dueño, y pidiera dinero a cambio de la vida del dueño.

No está claro si el v.32 se aplica al caso de un buey que mata por primera vez, o por segunda vez.  De todos modos, el verso establece el precio oficial de un esclavo – “treinta siclos de plata”.  Este detalle anticipa el valor puesto por Judas sobre la vida de Cristo.

Aun el dueño de un pozo tenía que asumir ciertas responsabilidades.  Por ejemplo, si no tapaba el pozo, y alguien o algo caía adentro, entonces el dueño era responsable por hacer la necesaria reparación civil (v.33-34).  Se supone que si una persona caía dentro del pozo, se aplicaba las leyes detalladas en los v.12-13 y v.23-25. 

¿Qué nos enseña todo esto?  Que nadie vive aisladamente, sino que tiene que asumir la responsabilidad de vivir en comunidad.  Nadie tiene el derecho de hacer lo que quiere con sus cosas.  Debe asumir la responsabilidad de vivir en tal manera que cualquier daño que resultara de sus acciones, sea pagado.

REFLEXIÓN: En una sociedad cada vez más caracterizada por la autonomía, donde cada uno hace lo que quiere, y no toma en cuenta el impacto de sus acciones sobre sus vecinos, cuán importante es tomar en cuenta estas leyes.  Como creyentes, debemos ser los primeros en aceptar la responsabilidad de alguna acción nuestra que resulte en el perjuicio de nuestro prójimo.

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