La exposición
de la ley comienza con el tema de los esclavos.
¡Eso era apropiado para una nación que acababa de salir de la
esclavitud! En la RV, el v.1 da una
impresión equivocada, al traducir: “Estas
son las leyes que les propondrás”.
Dios no estaba simplemente ‘proponiendo’ leyes, que Israel podía aceptar
o desechar según su criterio. ¡No! La expresión en hebreo significa: ‘Estas son
las leyes que Dios puso delante de ellos
(para que las aceptasen y cumpliesen)’.
Ver Deut 4:14; 6:1.
Las leyes de
los esclavos nos llevan a un mundo tan diferente al nuestro. No debemos juzgar dichas leyes a la luz de
nuestro contexto, en el siglo 21; sino interpretarlas a la luz del contexto de
una sociedad que vivió hace 3 500 años.
El propósito de estas leyes era proteger los intereses, tanto del
esclavo como del amo.
Notemos los
siguientes detalles:
i. Cuando se trataba de
esclavos judíos, la esclavitud no era una condición permanente (v.2).
ii.
Si un esclavo judío se
casaba con una mujer esclava, ella no podía salir libre al mismo tiempo que él
(v.4); eso perjudicaría al amo.
Cualquier decisión de casarse, tenía que tomar en cuenta los años de
servicio de ambas partes.
iii. Si un esclavo judío deseaba
quedarse en el servicio de su amo, podía hacerlo (v.5). Pero, era una decisión seria; por eso, Dios
le ordenó hacer algo extraño y doloroso (v.6) – ‘le atravesará la oreja con un
punzón’ (Dios Habla Hoy).
iv.
Las leyes eran
diferente para una mujer esclava (v.7-11).
La razón principal por la cual un hombre compraría a una mujer esclava,
sería para tomarla como mujer, y tener relaciones sexuales con ella. Por lo tanto, ella no saldría libre a los
siete años. Aunque suene extraño, el
propósito de esta ley era proteger a
la mujer. De salir libre, ella quedaría
totalmente abandonada, porque nadie se casaría con ella.
v.
Si el hombre que la
compró, decidiera al final no casarse con ella, permitirá que otra persona la
rescatara (v.8). Esto también era para
proteger a la mujer, y darle la oportunidad de casarse y tener hijos.
vi.
Si ella fuera dada al
hijo del que la compró, entonces ese hombre tenía que tratarla bien
(v.9-11). De no cumplir las condiciones
establecidas en el v.10, el hombre perdería el derecho de retenerla (v.11).
REFLEXIÓN: Habiendo rescatado a Su pueblo de la
esclavitud, Dios no quería que Su pueblo se tratara mal entre sí, en alguna
relación de amo/siervo (esclavo). Es
igual hoy en día. Si hemos sido
rescatados del pecado, y perdonados, debemos aprender a perdonarnos los unos a
los otros, si en algún momento sufrimos por el pecado de otra persona. También
debemos aprender a no ofender a otra persona con nuestro pecado. Si no tratamos bien a otros, indica que no
entendemos el perdón de Dios.
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