Llegó el
momento para iniciar la liberación de Israel.
Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón, para transmitirle el
mensaje de Dios (v.1). No era
fácil. ¡Faraón no estaba acostumbrado a
que le dieran órdenes! Él era el rey.
¡Él mandaba! Sin embargo, por encima
del rey de Egipto, estaba el Rey del universo – Jehová de los ejércitos, el
Dios de los esclavos.
La orden de
Dios fue clara: “Deja a mi pueblo ir al desierto para celebrarme una fiesta
espiritual” (v.1, 3). Pero Faraón tuvo
dos objeciones. En primer lugar no
conocía al Dios de Israel (v.2); y en segundo lugar, había mucho trabajo que
hacer, y él no estaba dispuesto a dar a sus esclavos una semana de descanso
(tres días de ida, más tres días de vuelta).
¡Los intereses de Dios chocaban frontalmente con los intereses de Faraón!
El rey de
Egipto, lejos de dejar ir al pueblo, incrementó el trabajo, imponiendo nuevas
condiciones abusivas (v.7-9). El primer
intento de liberar al pueblo de Israel no sólo fracasó rotundamente, sino que
resultó en peores condiciones para el pueblo de Dios. Los capataces fueron azotados (v.14), y todo
el pueblo se quejó contra Moisés y Aarón (v.20-21).
¿Por qué permitió
eso, Dios? Podemos mencionar varias
razones:
i.
Dios estaba probando
la determinación de Moisés. Cuando su
primer intento de ayudar al pueblo de Israel fracasó, Moisés huyó (Éx
2:13-15). ¿Iba a hacer lo mismo ahora?
ii.
Dios estaba mostrando
la manera en que el ‘mundo’ se opone a los propósitos de Dios. Cuando Dios manda algo, el ‘mundo’ siempre
tiene una serie de razones para justificar la desobediencia.
iii.
Dios estaba preparando
a Su pueblo para la guerra espiritual.
Hacer la obra de Dios no es fácil.
Uno tiene que estar decidido a sufrir por la causa de Dios. Por delante quedaban muchos problemas (las
condiciones en el desierto; los enemigos en el camino; los habitantes de
Canaán). Israel tenía que aprender a
resistir, y a ser valiente.
REFLEXIÓN: Muchas personas dicen que cuando comienzan a
obedecer a Dios las cosas les van mal. ¿Qué
debemos hacer cuando notamos eso, o pensamos eso? Recordemos lo que Cristo advirtió a Sus
discípulos (Juan 16:33b), y lo que Dios le dijo a Pablo, cuando lo llamó al
ministerio (Hch 9:16).
No hay comentarios:
Publicar un comentario