jueves, 1 de noviembre de 2012

'El Primer Intento de Salvar a Israel' (Éxodo 5:1-21)



Llegó el momento para iniciar la liberación de Israel.  Moisés y Aarón entraron a la presencia de Faraón, para transmitirle el mensaje de Dios (v.1).  No era fácil.  ¡Faraón no estaba acostumbrado a que le dieran órdenes!   Él era el rey. ¡Él mandaba!   Sin embargo, por encima del rey de Egipto, estaba el Rey del universo – Jehová de los ejércitos, el Dios de los esclavos.

La orden de Dios fue clara: “Deja a mi pueblo ir al desierto para celebrarme una fiesta espiritual” (v.1, 3).  Pero Faraón tuvo dos objeciones.  En primer lugar no conocía al Dios de Israel (v.2); y en segundo lugar, había mucho trabajo que hacer, y él no estaba dispuesto a dar a sus esclavos una semana de descanso (tres días de ida, más tres días de vuelta).  ¡Los intereses de Dios chocaban frontalmente con los intereses de Faraón! 

El rey de Egipto, lejos de dejar ir al pueblo, incrementó el trabajo, imponiendo nuevas condiciones abusivas (v.7-9).  El primer intento de liberar al pueblo de Israel no sólo fracasó rotundamente, sino que resultó en peores condiciones para el pueblo de Dios.  Los capataces fueron azotados (v.14), y todo el pueblo se quejó contra Moisés y Aarón (v.20-21).

¿Por qué permitió eso, Dios?   Podemos mencionar varias razones:

i.             Dios estaba probando la determinación de Moisés.   Cuando su primer intento de ayudar al pueblo de Israel fracasó, Moisés huyó (Éx 2:13-15).  ¿Iba a hacer lo mismo ahora?

ii.             Dios estaba mostrando la manera en que el ‘mundo’ se opone a los propósitos de Dios.  Cuando Dios manda algo, el ‘mundo’ siempre tiene una serie de razones para justificar la desobediencia.

iii.             Dios estaba preparando a Su pueblo para la guerra espiritual.  Hacer la obra de Dios no es fácil.  Uno tiene que estar decidido a sufrir por la causa de Dios.  Por delante quedaban muchos problemas (las condiciones en el desierto; los enemigos en el camino; los habitantes de Canaán).  Israel tenía que aprender a resistir, y a ser valiente.

REFLEXIÓN: Muchas personas dicen que cuando comienzan a obedecer a Dios las cosas les van mal.  ¿Qué debemos hacer cuando notamos eso, o pensamos eso?  Recordemos lo que Cristo advirtió a Sus discípulos (Juan 16:33b), y lo que Dios le dijo a Pablo, cuando lo llamó al ministerio (Hch 9:16).

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