lunes, 22 de octubre de 2012

'La Vida del Creyente en el Hogar y el Trabajo' (Efe 6:1-9)



Pablo pasa ahora, de la vida matrimonial (Efe 5:21-33), a dos esferas más, en las que los creyentes tienen que desarrollar su vida cristiana: el hogar (v.1-4), y el trabajo (v.5-9).  El plan de Dios para la vida familiar es que los hijos vivan en obediencia a sus padres (v.1).  Deben hacerlo "en el Señor" (ver Efe 5:22); es decir, en el nombre del Señor, y para el Señor (ver Col 3:20).   Pablo añade que los hijos deben obedecer a sus padres, "porque esto es justo"  - es lo correcto.  La obediencia de los hijos se conforma a la 'justicia' de Dios; es lo que Él espera de todo ser humano.

No es suficiente obedecer; los hijos también deben honrar a sus padres (v.2).  Pablo cita el quinto mandamiento (Éx 20:12).   'Honrar' incluye respetar, cuidar, proteger y proveer para sus padres.   El apóstol nota que este mandamiento va acompañado de una promesa: "para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra" (v.3).   Segun este verso, Dios parece estar prometiendo longevidad de vida (en forma individual) a aquellos hijos que obedecen a sus padres.  Sin embargo, en el contexto del Antiguo Testamento (Éx 20:12, y Deut 5:16), es probable que la promesa de Dios tenga que ver más con una larga ocupación de la Tierra Prometida, que con una longevidad personal.  En otras palabras, lo que Dios está diciendo es que si los hijos viven en obediencia a sus padres, entonces se establecerá una sociedad estable, que se prolongará por muchas generaciones.   Aquellas sociedades que promueven la desobediencia de los hijos hacia los padres, sufren una tremenda decadencia social, que socava los fundamentos de la sociedad, y pone en riesgo su propia existencia.

Por su parte, los padres no deben abusar de su autoridad paternal.  Específicamente, no deben provocar a ira a sus hijos (v.4a); es decir, no deben indignarlos con su mal comportamiento, mal uso de autoridad, órdenes injustas, mal trato, etc.   Más bien, deben criarlos "en disciplina y amonestación del Señor" (v.4b).  Deben inculcar una buena formación en el hogar, sobre la base de sus palabras y hechos.  Como padres, deben enseñar bien a sus hijos (verbalmente), y darles buenos modelos de vida.

Pasando al mundo laboral (v.5-9), Pablo primero se dirige a los "siervos" (v.5).  Es interesante notar que en cada contexto (matrimonial, hogareño y laboral), Pablo primero se dirige al 'subordinado' (esposas, hijos, siervos), y luego al que está en autoridad (esposos, padres, amos).  Los siervos (o en nuestro contexto, los 'empleados' o 'trabajadores') deben obedecer a sus amos (v.5).  Una vez más, Pablo resalta la importancia de tener una buena actitud; los siervos deben obedecer a sus amos "como a Cristo" (v.5d).  Además de eso, Pablo señala otras características de la obediencia de los siervos ('trabajadores') cristianos.  Ellos deben obedecer "con temor y temblor" (v.5b), y "con sencillez de corazón" (v.5c); "no sirviendo al ojo" (v.6a), sino "como siervos de Cristo" (v.6b), "sirviendo de buena voluntad" (v.7).  Para los esclavos cristianos del primer siglo, las palabras de Pablo presentan un tremendo desafío.  Por eso él los anima, recordándoles que un día ellos recibirán una gran recompensa del Señor (v.8).

A los amos, Pablo les exhorta a dejar de usar amenazas contra sus siervos (v.9a).  También les hace recordar que ante los ojos de Dios, no hay 'esclavo y libre'; más bien, todos son Sus siervos, porque Él es Señor de todos (v.9b).

REFLEXIÓN: Medita sobre tu vida personal.  ¿Cuáles de estas instrucciones te compete tomar en cuenta?  Si estás fallando en alguna de estas dos áreas, ¿por qué no le pides a Dios la ayuda del Espíritu Santo, para poder cumplir con las exigencias de la Palabra de Dios, y así agradar más a tu Señor?

No hay comentarios:

Publicar un comentario