Por fin el apóstol Pablo llega a la segunda oración en
esta carta (la primera está en Efe 1:15-23).
Pablo estaba por orar (Efe 3:1), pero se distrajo con el tema del
‘misterio’, del cual era pregonero.
Ahora vuelve al tema original de Efe 3, y se dispone a orar.
Hay varias cosas que debemos observar en esta
oración. Lo primero es el espíritu de
humildad en el cual Pablo ora. Él comienza diciendo, “doblo mis rodillas ante el Padre…” (v.14a). No hay aquí una familiaridad indebida con
Dios, tratándolo como si fuese nuestro amigo, con quien podemos hablar en
términos de iguales. ¡No! Dios es el Rey eterno; y la postura adecuada
para hablar con Él es de rodillas.
En segundo lugar, es importante notar que antes de
hacer sus peticiones, Pablo medita sobre quién es Dios; a quién se dirige. Él es “el
Padre de nuestro Señor Jesucristo” (v.14b); ‘Padre’ por generación eterna (Juan
1:18). Es también el Padre de “toda familia en los cielos y en la tierra”
(v.15); ‘Padre’ por creación. ¡Él es la
fuente de toda existencia! Es a ese Ser a
quien nos dirigimos cuando oramos.
Habiendo reconocido quién es Dios, Pablo procede a
hacer sus peticiones. Lo primero que
pide a favor de los efesios (y es en realidad el tema central de esta oración)
es fortalecimiento (v.16). Anhela un
fortalecimiento interno (“en el hombre interior”); un
fortalecimiento espiritual (“por Su Espíritu”); y un gran fortalecimiento (“ser fortalecidos con poder”). ¡Qué oración!
¿Cuál es el propósito de este fortalecimiento
espiritual? Pablo es bastante claro al
respecto:
i.
Es “para que habite Cristo por
la fe en vuestros corazones” (v.17a).
En otras palabras, para que los creyentes en Éfeso experimenten a Cristo
en sus vidas, y dejen que Cristo gobierne en sus corazones. ¡Eso requiere poder espiritual!
ii. Es
para que comprendan el amor de
Cristo (v.17b-19a). Ese amor es tan
grande (Pablo menciona cuatro dimensiones, en el v.18b), que los creyentes
difícilmente lo comprenderán por sí solos.
Necesitan ser fortalecidos espiritualmente para que sean “plenamente capaces de comprender” ese
amor (v.18a).
iii. Es
para que experimenten el amor de
Cristo (v.19a). El verbo, “conocer”, debe ser entendido en el
sentido en que se usa en Gén 4:1. No se
trata de un conocimiento intelectual, sino experimental, profundo, y
personal. El amor de Cristo debe ser
experimentado, para que sea comprendido; porque es un amor “que excede a todo conocimiento”
intelectual (v.19b).
iv. Es
“para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (v.19c). ¡Qué increíble oración! Pablo no pide que tengan solo un poco de
Dios, sino que sean llenos de Dios.
Y no contento con eso, pide que sean llenos de la plenitud de
Dios; es más, que sean llenos de toda la plenitud de Dios.
REFLEXIÓN:
¿Será que nosotros también necesitamos ser fortalecidos espiritualmente? Recordemos que Dios es poderoso (v.20). Así que, ¡esperemos grandes cosas de
Dios! Pero, que todo sea para Su gloria
(v.21a); ahora, y “por los siglos de los
siglos” (v.21b).
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