Una vez que el
pacto fue renovado (Éx 34), todo estaba listo para proceder con el trabajo de
la construcción del tabernáculo. El perdón
de Dios produjo la reconciliación. Dios
no guardaba rencores; lo pasado, pasó, y quedó en el olvido. En señal de esa reconciliación, Dios ordenó
al pueblo a traer sus ofrendas para el tabernáculo (v.4-9).
Hay una frase
que debemos notar: “todo generoso
de corazón” (v.5). Para Dios, lo
importante no es lo que traemos, sino cómo lo traemos. Dar a Dios bajo presión, o mezquinamente, no
conviene. ¿Por qué fue generoso el pueblo, en ese momento? Seguramente, por haber visto la gloria y el
poder de Dios, y por haber entendido la grandeza de Su perdón y Su misericordia
(Éx 34:6-7). Nuestra generosidad es una buena medida de nuestro entendimiento
espiritual.
El tabernáculo
requería no sólo dar ofrendas, sino trabajar. Felizmente, el pueblo de Israel
respondió al desafío (v.10-19). Notemos
que el trabajo de construcción exigía sabiduría de corazón (v.10). Esa sabiduría no era ‘natural’, sino
‘sobrenatural’. Fue dada por Dios, como leemos en el v.31 (ver también Éx
31:3-5; 36:1). El talento artístico es uno de los regalos de Dios el Espíritu
Santo.
Habiendo
escuchado la voz de Dios, el pueblo comenzó a obedecer (v.20-29). Una vez más hay ciertas frases que debemos
notar: “todo varón a quien su corazón estimuló” (v.21a); “todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad” (v.21b); y “todos los voluntarios de corazón”
(v.22). ¡Cuán importante es el
corazón! ¿Cómo podemos estimularlo a
buenas obras? Recordando todas las
bondades de Dios en nuestras vidas.
La tarea de
dirigir toda la obra fue encargada a dos hombres (Éx 35:30 – 36:1). Ellos habían sido preparados por Dios
(v.31). Su tarea no era sólo construir, sino entrenar a otros en la obra de
construcción y decoración (v.34). ¡No es bueno acaparar todo el trabajo! Debemos estar dispuestos a compartir el
ministerio.
REFLEXIÓN: ¿Tenemos un corazón dispuesto a dar de
nuestros bienes y de nuestros talentos para la obra del Señor? ¿Cómo podemos estimularnos, o motivarnos, a
ser más generosos y sacrificados en todo lo que hacemos para Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario