viernes, 14 de diciembre de 2012

'La Justicia de Dios' (Éxodo 38:21-31)



El pasaje hoy es breve, pero contiene varios detalles interesantes.  En primer lugar, aprendemos que la contabilidad de toda la obra de construcción estaba “bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón” (v.21).  Este fue el hijo menor de Aarón.  El trabajo mencionado aquí lo preparó para mayores responsabilidades, posteriormente (ver Núm 4:28, 33).  ¡Dios es justo!    Si somos fieles en lo poco, Él nos dará más.

La suma de los materiales empleados en la construcción del tabernáculo es impresionante, especialmente cuando recordamos que las personas que dieron todo este dinero estaban viajando por el desierto, habiendo recién huido de Egipto, donde fueron esclavos por 400 años. 

- ORO:  un total de 29 “talentos”, y 730 “siclos” (v.24).  Si un ‘talento’ equivale a 34 kilos (ver 'Tabla de Pesos y Medidas', en la RV), entonces se usó 986 kilos de oro en la construcción del tabernáculo.  ¡Era una fortuna!

- PLATA: un total de 100 “talentos” y 1775 “siclos” (v.25-28).  Toda esta plata fue recogida por los hijos de Israel, en la forma de un impuesto sagrado (v.26).  Ver Éx 30:11-16.  El v.26 menciona 603,550 personas censadas (varones).  Si cada persona dio medio ‘siclo’ de plata (Éx 30:13), eso haría un total de 301,175 ‘siclos’.  Si restamos los 1775 ‘siclos’, quedaríamos con 300,000 ‘siclos’ de plata, que representarían los 100 ‘talentos’.  En este caso, cada ‘talento’ de plata tendría el valor de 30 ‘siclos’.

- BRONCE: un total de 70 “talentos”, más 2400 “siclos” (v.29).

¿Cómo explicamos la presencia de tanta riqueza material, en una nación de esclavos?  La respuesta (por lo menos, en parte) está en Éx 12:35-36.  ¡Los egipcios fueron los que pagaron el costo del tabernáculo! 

REFLEXIÓN: Dios es justo.  Por siglos, los hijos de Israel tuvieron que servir a los egipcios, como esclavos.  Pero al fin llegó la hora de ‘cobrar’; y lo que cobraron les permitió edificar el tabernáculo en el desierto.  Si estamos sufriendo algún tipo de abuso, especialmente laboral, ¡confiemos en la justicia de Dios!

No hay comentarios:

Publicar un comentario